TRADUCE MI NOVELA ♥

lunes, 15 de octubre de 2012

CAPITULO 2

Mil cosas pasan por su cabeza: ¿Por qué está aquí'¿La habrá visto tirada en el suelo gritando que pare de oír esas voces?
Abie se percata de algo importante: Su padre está con alguien, y a ese alguien le conoce, ¿pero por qué está con él?¿Por qué se están riendo mientras hablan de algo muy importante?
Son preguntas que, de momento, no tiene respuesta.
Las voces no cesan, así que se levanta del suelo y empieza a caminar hacia el único lugar que la puede aliviar de este dolor. Un sitio al que ya la habían invitado, pero que rechazó la oferta para no defraudar ni desilusionar a su madre. Vuelve a pensar en ella, lo que hace que llore más aún. Suspira. Se concentra en lo que están diciendo las misteriosas voces: 'Sigue. Haces lo correcto.-Abie sabe que no es verdad. Defraudará a mucha gente, pero no tiene otra opción.- Tu madre era una asesina. Estaba loca. Nuca te ha querido. Engañaba a tu padre.- La última frase es nueva, lo que sobresalta más a Abie. ¿Cómo sabe la voz que su madre ya no estaba con su padre? Aunque también se da cuenta que es su subconsciente el que la está engañando porque, nadie puede hacer eso sin meterle algo en la cabeza, cosa que por supuesto, no ha hecho.- Pero él tampoco te quiso. Los dos quisieron deshacerse de ti, pero la ley no se lo permitió. Ahora acabarás con tu vida, aprovecha la oportunidad que la vida te está dando.'
Ya ha llegado. Les ve. Pero no le apetece hablar con nadie. Un antiguo compañero suyo también la ve, hace un gesto, y Abie asiente.
Se sienta apoyada en una pared junto a otros muchos desconocidos. Ella al final les saluda, pero no obtiene respuesta. Supone que ya están en otro mundo.
Se lo toma. No le gusta, pero no hay más remedio. Se lo vuelve a tomar, hasta acabarlo. Ya siente que se ha sumergido en el terrible mundo de los desesperados.
Pero hay un problema, no ve a nadie: todo está brillante, blanco, y solitario; no hay carreteras, ni casas, ni gente, nada; parece que está en una gigantesca caja vacía y blanca. Se siente más sola que nunca. Ve una diminuta figura sombreada que cada vez se acerca más. Se le ve la cara.
-¡Niall!-grita. Él gira la cabeza de un lado a otro, negando con ella; cierra los ojos, soltando una pequeña lágrima, y desaparece.
Otra figura diferente vuelve a aparecer. Llora. Suspira, y grita lo más fuerte que puede:
-¡Mamá, no te vayas tú también, no me abandones una vez más!¡¿Es que quieres que me muera de dolor?!-grita una última vez, mientras ve que vuelve a desaparecer de su vida-: ¡No!
Y aunque todo sea fruto de su imaginación, ella no lo sabe, y sufre, puede que ahora más que nunca.
Necesita a alguien a su lado, que la apoye mucho.
Una persona que no llega a reconocer la sacude. Grita su nombre, pero Abie no reacciona. 
Se toma más. Oye que la dicen algo, pero no logra entenderlo.
Y es entonces, cuando dentro de la caja blanca, vuelven a sonar las voces, y se oyen más fuerte. Esta vez la insultan.
Abie da vueltas sobre si misma buscando el lugar de donde provienen esos sonidos desagradables, pero no ve más que blanco. Parece que hayan absorbido a todo y a todos con una aspiradora, a todos menos a ella.
El agua fría recorre todo su cuerpo, calando la ropa que lleva puesta. El pelo moreno se vuelve más oscuro ahí debajo. Intenta abrir los ojos, pero el las gotas no la dejan ver con claridad: ahí está ella, su mejor amiga; la rubia con ojos verdes que la ha apoyado en todo y siempre. 
Nota que no está nada contenta, así que prefiere seguir acurrucada en una de las esquinas de la ducha, llorando e intentando volver a la caja blanca, porque aunque sufra más dentro, la alivia de algunos dolores. Pero sin resultado alguno.
Está claro que la situación no es fácil, pero no hay más opción que aceptar que no puede seguir sufriendo por esa voz de hombre y de mujer que alternan para atormentarla. Las voces le son conocidas, pero no llega a reconocer de donde provienen ni de quién son.
Para de pensar en eso, y siente que ya no cae agua. Aly la levanta. La seca; la cambia de ropa, envolviéndola en su pijama y albornoz, y la mete en la cama arropada con la manta gruesa que no dejará entrar el frío del invierno, dentro del bulto que Abie está haciendo con su cuerpo.
Llega a dormirse, pero después de mucho esfuerzo. 
La luz que entra a través de las pequeñas rendijas que hay cuando la persiana está bajada, la despierta, y con esto se acuerda de cuando durmió en casa de su amiga Aly, que se despertó de la misma manera.
Piensa en donde estará Niall. La última vez que le vio le explicó lo de las voces, y al cabo de unos minutos se fue corriendo y salió a la calle, luego le vio cuando se drogó, y esa vez desapareció llorando. 
Cierra los ojos de golpe al ver que justo él entra por la puerta de su habitación azul y blanca, que es por cierto, bastante grande.
Niall se sienta junto a ella y le susurra al oído: 'Te he visto, estás despierta, cariño.'
-Bueno, pues buenos días corazón.-Abie se levanta de golpe y le da un grandioso beso.-¿Qué tal?
-Yo preocupado por ti. ¿Qué hiciste anoche?¿Y las voces?
-Pues las voces igual... Y anoche, salí con Aly.
-¿Estás segura?-agacha la cabeza- Estaba en casa cuando te trajo drogada. No hace falta que me mientas.
-Niall, por favor, no me hagas más preguntas si sabes la respuesta. Mi cabeza va a explotar. Estas voces no paran de decirme cosas horribles que no soporto-dice señalando los oídos-, no necesito a alguien que me diga que debo y que no debo hacer, ¿sabes?
-Pero...
-Que no Niall. Déjame en paz.-dice Abie interrumpiéndole, tumbándose y tapándose la cabeza y el resto del cuerpo con la manta, mientras le dice que se vaya.
El chico no tiene más remedio que levantarse y salir de la habitación.
Abie rompe a llorar, recordando los momentos en los que le dijo a su novio que le odiaba, ¿y qué hace ahora? Rechazar su ayuda cuando ella más lo necesita.
'Soy una persona espantosa. Niall dejará de quererme, si no lo ha hecho ya, y yo podré dejar de hacerle sufrir y adentrarme en mi propio mundo: el del único dolor interno.'
Se levanta de la cama, mira el reloj de pared y ve que son las 11 de la mañana. Se vuelve a dar una ducha y se viste de forma informal.
Sale de casa, y no sabe donde ir primero: si al cementerio a darle unas flores a su madre y a pedirle perdón, o a casa de Aly a darle las gracias.
Decide ir a darle las gracias a su amiga y luego a darle las flores a su mami, ya que tardará más en lo último.
Coge el coche y llega en menos de media hora.
-¿Aly?-sonríe y la abraza- Tía, que muchas gracias por lo de ayer, no sé que hubiera sido de mi si no me hubieras venido a buscar.
Nota un dolor intenso en la mejilla: un tortazo.
-¿Cómo me has podido hacer eso? Y no solo a mí, que es lo de menos, si no a ti. No te creía posible Abie.
-Pero...¡Aly!¡Tú no sabes lo que se sufre con estas voces! ¿Y sabes qué? Ayer le vi... a mi padre, y estaba con...
-No me interesa Abie. No tienes razón, no debías hacer eso por mucho dolor que sintieras. Por favor, júrame que no lo volverás a hacer.
Abie solo bufa.
-¡Qué me lo jures!-Aly coge la mano de su amiga y la pone en alto con la palma abierta- Repite lo que voy a decir: Yo Abie...
-Yo Abie.
-Juro que nunca más le voy a dar esos sustos a nadie...-Abie lo respite.-Y que nunca más me drogaré como lo hice ayer.
-Y que nunca más me drogaré como lo hice ayer.
-Y lo juro en nombre de mi madre muerta.
Abie abre los ojos como platos. 
-¡No puedo jurarlo por mi madre!
-¿Es por qué tienes intención de volverlo ha hacerlo no es así?
-¡Qué no! Pero no puedo...empieza a llorar y sale corriendo de la casa y se dirige al mismo lugar de anoche.
La gente sigue allí, moviendo las cabezas como locos, y desde luego sin para de hacerlo.
Ve una bolsa llena en una esquina, pero un chico se da cuenta y corre hacia ella (la bolsa) y la coge antes que Abie. Ella ve como el chico bajito y delgado se la acaba en 10 minutos.
Vuelve a reconocer a su antiguo compañero y le pide más.
Se sienta apoyada en la misma pared de ayer, y en nada, ya está otra vez en la caja blanca.
Pero en vez de ver a gente acercándose y alejándose, revive el momento en el que fue al hospital y le dieron la noticia, y cuando le dijo a Niall que él era el asesino:
Ella iba caminando por la calle, intentando no pisar las líneas de los azulejos, cantando una canción que se inventaba al instante, mientras observaba a la gente que se paraba a escucharla o a mirar lo patética que parecía llorando, cantando o diciendo palabras sin sentido, y saltando de lugar en lugar.
Cuando va al camino de arena, en el que ve a su móvil roto por la caída que tuvo unas horas antes, donde conoce al Roberto británico, que le dice la bonita voz que tiene, y que la lleva a una tienda de ropa donde se compra el doble de la ropa que tenía en su casa. Y cuando la manda con tres maletas al aeropuerto con destino a Estados Unidos, donde la recoge el Roberto americano. Cuando la prepara para audicionar en 'America Got's Talent' donde gana, y cuando saca su primer single. Cuando conoce a Margy. Cuando la toca cantar el dúo con Niall. Y también recuerda que se cambió el nombre a uno la mar de parecido al suyo verdadero. El momento en el que se reconcilian y vuelven a Reino Unido.'
Se despierta de golpe, y ya es de noche. El día de ha pasado demasiado rápido para su gusto. 
Y lo peor es que tiene los oídos agotados de oír  los gritos y súplicas para que se despierte de la persona que tiene delante, Niall:
-Vuelve, conmigo.

1 comentario:

  1. omg!!!!!!!!! me has hecho llorar!!! que tragico... bueno que sepas que me leo esta nove desde hace un tiempo pero no se porque no comento

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