TRADUCE MI NOVELA ♥

martes, 28 de mayo de 2013

CAPÍTULO 12

Y como era de esperar ya, el tercer tour de los chicos de One Direction, que arrasan por donde pasan, empezó hace dos semanas.
Abie ya está prácticamente desintoxicada,  aunque como Niall está de gira por el mundo en el tour Where We Are, Abie está ayudando a Maggie a investigar sobre la sustancia que tomó y quién se la ha dado. Porque Niall le dijo a Maggie que le preguntó él a Scott cuando ella ya se había ido, y lo sospechoso que era eso... Y Maggie se lo había contado todo a Abie. Desde que se quedó en coma etílico por drogas, y el coma etílico solo  sucede con alcohol. Extraño. Y también los planes de Jenn para con Ilenia, y la boda de Harry y Cynthia, y la preocupación de Niall, hasta el amor indiscutible de Aly y Zayn.
Entonces, Abie se quedó pensando y recordando todo lo que 'soñó' mientras sufría de coma. Sabía que soñó, o vio algo que en su momento no percató, pero no se daba cuenta de qué.
Y así estuvo prácticamente un mes entero, intentando recordar, y recordó todo excepto lo que tenía que recordar, y ella sabía que es importante para la investigación, y mucho.
Pero claro, un día como hoy, despertándose tan perezosa como siempre, desayunando, viendo una serie de televisión nueva en la televisión que no veía desde hace un mes. En la serie aparece una señora vieja y fea que se reía recordando como escondida detrás de un edificio observaba el accidente de dos jóvenes y... ¡La  bombilla se enciende! Como dice el dicho. Pero no porque se lo ha ocurrido una idea, sino porque se ha acordado por fin, de lo que soñó, tiempo atrás.
Y llama a Maggie. Y se encuentran en el piso que tiene Abie.
-Explícame  por qué estás en un hotel teniendo yo dos habitaciones de sobra -le pregunta Abie a Maggie,  nada más abrir la puerta.
-Impaciente -es la respuesta de la estadounidense.
Y ella se sientan en el sofá, y Abie le cuenta todo lo que recuerda del sueño que tuvo:
-Estaba Aly, mi mejor amiga, persiguiéndome porque tenía su móvil, porque quería leer una conversación interesante que tenía con el chico que le gustaba antes. Tú entiendes. Bueno, entonces ella se sentó en un banco, cansada, y yo al final me senté al lado suya. Y nos partimos de risa. Y nos miramos, y empezamos otra vez a correr hacia un parque infantil con columpios, que estaban pegados a un puentecito y a un tobogán, y empezamos a hacer una carrera en los columpios para ver quién era más rápida. Obviamente era yo, pero Aly nunca aceptada la derrota, ¿no? Y pues haciendo la carrera, todo empezó a temblar y a derrumbarse, y a mí me dio tiempo a saltar, aunque caí de bruces por la velocidad y una barra me rompió la rodilla. Y Aly con mucha mala suerte, no llegó a saltar la misma barra que me dio a mi en la pierna, le golpeó a ella en la cabeza, provocando que se quedara inconsciente. Y el resto ya lo sabes. -Hace una pequeña pausa, porque apenas a respirado, por estar tan concentrada en su relato. Aunque esta historia Abie se la contó mil y una veces a Maggie, todavía falta la parte que ella soñó.- Ahora viene lo que no sabes. Yo soñándolo, lo observaba todo, no lo vivía, ¿comprendes lo que quiero decir? -un asentimiento cortó es la única respuesta de Maggie, pero a Abie le sirvió para que siga con su historia.- Y viendo como caíamos Aly y yo, también observé a una señora detrás de la esquina más cercana del edificio de enfrente, riéndose y frotando las manos. ¿¡Te lo puedes crees!?-exclama la chica, emocionada-. Es increíble. Yo creo que esa mujer, sea quién sea, desatornilló las atracciones para que nos cayéramos.
-Una duda que tengo: ¿cómo podía esa mujer saber que tú y Aly montarías en los columpios?
-Ese es el gran misterio... -Maggie la mira con cara de extrañada-, bueno, también, quién es la señora, y que hacía allí, y que tiene que ver con nosotras y eso. Tú entiendes -suspira-.
-Sí...
Después de merendar juntas, reír mirando shows de cámara oculta, y pintarse la una a la otra con los ojos vendados, Abie le pregunta a Maggie sobre los resultados de la sustancia con la que se drogó Abie, está ansiosa por saber que se tomó.
-A cierto, hace una semana tengo los resultados. -La cara de sorpresa de Abie hizo reír a carcajadas a Maggie-. Lo siento, se me olvidó decirte. Es alcohol en polvo. Sí -dice mirando la cara de su amiga-, en polvo. ¿Alucinante, verdad? Pues hay más. Sale carísimo el traspaso. Se suele vender líquido, pero en polvo es 20 veces más caro. ¿El por qué? Pues en líquido, el alcohol está mezclado con otras sustancias, y lo hace menos potente que en polvo, que es sólo alcohol acumulado, y al ingerirlo por la boca, como tú hiciste, pues  afecta muchísimo más. Además, tú tomaste una cantidad exagerada. Te pasaste muchísimo, demasiado. Siento decirlo.
-¡Waw! No me imaginé que nadie jamás pagaría una barbaridad por hacerme eso. ¿Con qué fin...? -agachando la cabeza, continuó-: Por favor, no me recuerdes lo que he hecho. Me juré a mí misma que jamás volvería a tomar esa sustancia. Por mucho que las voces continúen...
-Espera espera espera, rebobina. -Dice Maggie sorprendida y aturdida-. ¿¡Qué voces!?
-Mi padre. No sé si lo hace él o no, aunque si fuera él no sabría como explicar como lo hace, pero oigo su voz. Me dice que soy la culpable de lo que le pasó a mi madre. Que me drogue, o que me suicide. Que tengo que odiar a mi madre, y cosas así.
-¿Y nunca pensaste que a lo mejor la mujer que te dio la droga también es responsable de las voces?
-Sí, obviamente. Pero no sé, ¿y mi padre...? Vino antes de lo del coma y estuvimos hablando amistosamente...
-Puede que sea una farsa, nena. Simplemente actuación.
-¿Y qué motivos tendría para hacerme algo así? -pregunta de nuevo la morenita inglesa con lágrimas en los ojos.
-No lo sé... es otro misterio añadido a la lista... -responde la americana abrazando y consolando a su amiga. Aunque en realidad, tiene una intuición de qué problema tiene el padre de Abie con ella. Pero cree que es mucho mejor no preocupar más a su amiga.

Aunque no se siente muy preparada, tiene que hacerlo, y no tiene escapatoria. Pero por otra parte está su hermana pequeña con cáncer, que se merece la verdad, y saber que tendrá un sobrinito al que achuchar y querer como a un hermano. 
Y llama a la puerta, de la mano de su novio, Harry Styles, que, como ella, está asustado por la reacción de los padres de Cynthia cuando se enteren de la gran noticia.
Y la hermana pequeña de Cynthia abre, y cuando ve que son ellos, sonríe y salta a los brazos de su cuñado, por decirlo así.
-Qué sorpresa -dice el padre de Cynthia con sarcasmo.
-Te avisé de que vendríamos.
-Lo sé.
-¿No vas a saludarme? -pregunta Cynthia mientras abraza a su madre, y a su hermana.
Y el padre se levanta solo para sacudir la mano de Harry y darle dos besos a su hija. Después, se vuelve a sentar en el sofá, coge el mando y sigue mirando la televisión.
-Y bien, ¿qué hacéis aquí? Te dejé muy claro que si te ibas de mi casa, no volvieras.
-Lo recuerdo bien, me pegaste.
-No me arrepiento, y no te pediré disculpas, si es lo que esperas.
-No lo hago.
-Bien. ¿Entonces...?
La chica suspira, aspira, y se decide soltarlo todo de golpe para no andarse con rodeos y decir todo menos lo que quiere decir.
-EstoyembarazadaymecasaréconHarry -no quería decirlo todo ¡tan! de golpe, porque no ha hecho ni un solo espacio entre las palabras. Así que lo repite viendo como se han quedado los miembros de la casa, y hasta el  cantante.- Que estoy embarazada, y me voy a casar con Harry.
Un grito ahogado sale de la garganta de la madre. La hermana da saltitos de alegría riéndose. Y el padre se levanta, se acerca a su hija, y sin casi ninguna emoción expresada en su cara, excepto ira en sus ojos, golpea a su hija mayor en la cara.

miércoles, 3 de abril de 2013

CAPÍTULO 11

Por otra parte no se espera menos, ¿no? La última, y única, vez que vino a un sitio como este, más concretos este mismo sitio, estaba muy nervioso y no se fijó en como era todo: oscuro, frío, lleno de humo, gente tosiendo, o desmayada, o simplemente tumbada gritando Dios sabe qué, atormentados, negociando, riendo histericamente... Pero ahora que está de nuevo, se puede fijar en los minúsculos detalles, como por ejemplo que está en una calle sin salida, entre dos edificios de ladrillo rojizo y lleno de grafitis.
     Y lo ve. Sentado apoyado bajo una farola, que lo ilumina directamente, fumando, pero lo ve, y se alegra.
     -Ahí está -Niall señala con un dedo la dirección del hombre que cuando vino a llevarse a Abie una vez, le obligó a que se marchara, porque ella estaba en una 'sesión', como citó el tipo-, ese es.
     Maggie asiente, sabiendo a que tipo se refiere. Los dos se dirigen al lugar donde está sentado. El tipo se percata de que se están acercando a él. Levanta la cabeza y entrecierra los ojos para verles mejor, por la gran cantidad de humo que le rodea, más la oscuridad del lugar.
     -Riquillos -suelta éste, en un tono burlón. Al instante Niall nota que por lo menos la mitad de los presentes, que son unos 20, levantan la mirada y les sonríen. En menos de un minuto los que se podían sostener en pie se acercaron y les rodearon, haciéndoles una especie de despacho con espectadores-. Decidme, bella dama y gentil caballero, ¿qué os trae por estos lugares tan sucios y repugnantes, como los llamáis ustedes? Contadle al viejo Scott.
     Maggie tose sin parar, atrayendo la atención de Scott el tatuado, como lo ha llamado Niall en su mente. Entonces Scott coge un botella que estaba escondida detrás suya y se la ofrece a la chica. Ella niega con una mano, tosiendo y sujetándose del hombro de Niall con la otra. 
    -Tomen asiento. -los dos se miran desconcertados, y deciden, sin hablarse, que estaban más cómodos de pie que sentados en un suelo donde quien sabe qué cosas se han hecho sobre él- Está claro que son de los pijillos. Pero, -continuó el calvo Scott, que es como todos le llaman- no me han contado que quieren de mí o de mi gente. ¿Sabéis? Hace como un mes una chiquilla de vuestra clase venía aquí a menudo.
    -Precisamente por ella hemos transitado estos sitios. -habló Maggie, porque Niall parece que se ha quedado mudo- Somos amigos, por lo de la clase social y eso, y se lo recuerdo porque parece que usted no tiene inconveniente en hacerlo -Scott asiente tranquilo-. Ella nos ha hablado de la sustancia que tomó la última vez. Dice que es de lo mejor que ha probado. ¿Podría proporcionarnos algo? No es mucho, sólo que tenemos muchos problemas últimamente y queremos despejarnos un poco.
     El viejo hace un gesto con las manos, refiriéndose a dinero.
     -Por el dinero no se preocupe -responde Niall rápidamente-. ¿Podría darnos la sustancia, por favor?
     -Podría. -Maggie y Niall se sonrieron felices- Pero...pero, hay un pequeño problema. Y es -continuó sacando del bolsillo de su chaqueta una pequeña bolsa con una sustancia como rosada dentro, y en muy poca cantidad- que solo me queda esto. No os llegará a los dos. Y que yo recuerde, la única que ha tomado esta sustancia es vuestra amiga, y no acabó muy bien que se diga. Aunque he de reconocer que domo una graaan dosis. Exagerada, incluso para mí. ¿Se ha recuperado? -Maggie asintió velozmente- Bien. Entonces tomen, pueden tomarlo allí, si quieren -dijo señalando detrás de una especie de barrera de cubos de basura-.
     Mientras Maggie pagaba y se iba alejando del lugar, Niall se quedó para preguntarle algo al tatuado Scott calvo:
     -¿Cómo que mi amiga fue la única que ha tomado esa sustancia?
     -Pues esa tarde, bonita por cierto tu amiga, me vino a ver una señora encapuchada que se tapaba la boca con una bufanda, no la pude reconocer, que me dio 5 bolsitas de esas y me dijo que se las diera a tu amiga.
     -¿Sólo a ella?
     -Sí. Y es raro, pero me pagó muy bien y acepté. A los 5 minutos ella apareció y la pregunté si lo quería probar. Simplemente me lo arrancó de la mano, se sentó allí a lo lejos y se tomo 4 y medio. La otra mitad la tenéis vosotros. Y mira que te la he dado porque habéis dicho que la conocéis, que sino no os la daba, ¿eh? Quiero más dinero.
     Niall le lanzó un billete y se fue, sin dar las gracias ni nada por la información. Por eso le he pagado tanto, se dijo a sí mismo.

     Voces. Otra vez. No puede ser. Pero... no son las mismas. Son de dos chicas hablando...¿Dónde estoy?¿Por qué no puedo ver nada? Es todo blanco... ¿estoy flotando? No. Para nada. ¿Y Niall?¿Y mi Niall?¿Y Aly...? Cynthia... Jenni... es ella. Pero, ¿con quién habla? Me es familiar su voz... Hm... ¡Ilenia! Claro. Están hablando juntas. ¿Estarán con eso del plan? Espero que sí. Que todo esté funcionando a la mil maravillas. 
     Abie está empezando a recobrar el sentido. Aunque se da cuenta que es mejor no interrumpir la conversación entre Jenn e Ilenia, por lo que decide fingir que aún sigue en coma y escucha. Durante un rato intenta concentrarse, pero la cabeza la duele demasiado, así que se queda quieta, y se deja llevar por los pensamientos que le inundan la mente: ¿Estará Niall enfadado con ella? Seguro que lo está, por como se ha comportado. Por eso no está aquí, con ella. Aunque por otro lado no puede echarle la culpa, ni a él ni a ella, porque a lo mejor está en una entrevista con los chicos, o en un concierto o...¿cuánto tiempo ha estado así? A lo mejor y todos están como pasitas. O alguno ya ni está... No puedo permitirse pensar así, aunque la idea de imaginarse a los cinco chicos de One Direction hechos unos viejecitos, con barba blanca, con los mismos peinados pero blancos, andando con bastón y cantando su cover 'Forever Young', riendo como si aún lo fueran... Pero si ellos estaban así... ¿ella como estará? Con el pelo largo hasta los pies, blanco como la cal, su cara arrugada... No ha podido tener hijos, ni formar una familia, ni disfrutar de la vida... por la simple estupidez de drogarse con Dios sabe qué sustancia, que ni siquiera se ha dignado a preguntar qué es, solo se la había arrancado de la mano del calvo Scott. ¿Estará guapa siendo vieja? Eso da igual, no fue guapa ni en la juventud, piensa ella, solo ella, obviamente. De repente ya no oye a Jenn y a Ilenia hablar. Un móvil hace un pitido, y otra vez. Abie entreabre un poco los ojos para ver que ocurre: Jenn ya no está en la habitación, e Ilenia está buscando en un bolso que no es el suyo, porque le tiene encima de sus piernas. Seguramente es de Jennifer, y ella está buscando haber si es el que ha pitado. Cuando lo saca se lleva la mano a la boca de la sorpresa.
     -Grabación completada... Memoria llena. -la cara de Ilenia pasa de sorpresa a enfado, y su cara se vuelve de un morado visible. Luego pasa a verde y luego a completamente rojo. -Gran hija de puta. Asquerosa de mierda. Pensé que era mi amiga y... -la puerta de la habitación del hospital se abrió, y por ella entró Jenn saludándola cariñosamente. - ¡¿Qué es esto!?
     Jenn mira su móvil y se queda tan asombrada como Ilenia al principio. Nunca se imaginaría que la pillaría con las manos en la masa. Es horrible. ¿Cómo lo iba a arreglar ahora? A no ser qué...
     -Mm...-susurra Abie, salvando a Jenn. Las dos la oyen y por un instante se olvidan de lo ocurrido con el móvil y se quedan paralizadas mirándose sin saber que hacer o qué decir.
     -¡Llama a un dóctor, idiota!¡No te quedes ahí parada! -espeta Ilenia, tan dura y fría como siempre. Jennifer había llegado a ser una gran amiga para Ilenia, y enterarse de que la estaba grabando todo lo que decía la deja confundida y herida otra vez, haciendo que la ternura que había renacido en ella se ha esfumado en un abrir y cerrar de ojos. ¿Cómo he sido tan tonta de contarle absolutamente TODO a esta asquerosa de pacotilla, falsa amiga? Se pregunta Ilenia en su cabeza.
     Cuando el médico encargado llega, Jenn se va corriendo del hospital. Llama a Aly, que estaba en ese momento con Zayn, que avisa a todos excepto a Niall, que no consigue contactarle. Cuando al fin lo consigue, lo único que Zayn le dice es: Ven corriendo al hospital donde está tu princesita, tío. Es urgente. Y él, obviamente, fue lo más rápido que pudo al hospital, dejando primero a Maggie en el laboratorio de su hermano para que le entregue la muestra de droga.
     Cuando llega, Niall lo primero que ve es que están todos fuera sentados en las sillas, excepto Aly. Después de 10 minutos de larga espera y agonía para el príncipe verde, Aly sale de la habitación, con una sonrisa en la cara que seguro no se le quitará en horas, e incluso días, y con la cara llena de lágrimas de alegría, de haber recuperado al fin a su mejor amiga. Abie está de vuelta, y con una promesa que se ha hecho a ella misma mientras fingía que estaba aún en coma: si no estoy vieja, ni hecha una pasa humana blanca y venosa, no volveré a tomar drogas ni alcohol ni nada que me perjudique jamás en la vida. Nunca.
     -Te reclama principeso. -Pero Niall solo reacciona cuando Liam le da un codazo.
     Se levanta y entra en la habitación mirando una última vez a los que esperaban ansiosos fuera y encogiéndose de hombros, como diciendo 'Ha llegado el momento que he estado esperando en un fatídico mes'. El resto le devuelve la mirada compasiva respondiendo 'Todo irá bien'. Y Aly ve que el color azul turquesa que era el filo normal de Niall, ahora se vuelve un naranja clarito.
     -¡Niall! ¡Aún eres joven! -grita Abie de alegría, extendiendo sus brazos para que se abrace.No puede levantarse, el médico le recetó reposo.
     -¡Abie amor mío, por fin! -de repente la mirada de Niall mientras abraza a su chica pasa a un asombro increíble. La aparta un poco aunque sus manos aún están juntas.- ¿Cómo que aún estoy joven? ¿Cómo pensabas que me encontrarías: blanco y como una pasa?
     -¡Exacto! No lo sé, es raro. Pero me desperté mientras Jenn e Ilenia hablaban y fingí estar aún mal, entonces pensé en cuánto tiempo he estado en coma, que por cierto, ¿cuánto fue? Y me los imaginé a todos como pasitas, sobretodo a ti. E incluso ya me había acostumbrado a la idea de ser vieja por lo que me queda de vida, y también pensé en como será la ropa de hoy en día...
     -¡Oh Abie, extrañaba esas tonterías que dices siempre! Aún sigo joven, para ti.
     Y el impulso de Abie al oír eso es besarle.
     Un beso tierno, pero deseado, que es como un fuego ardiente que recorre las venas de ambos.


   

sábado, 30 de marzo de 2013

CAPÍTULO 10

No se espera esa frase, aunque su reacciona  cómo ella creyó que lo haría. Más bien estaba sonriendo. ¿¡Sonriendo!? ¿Con todo lo que se les va a venir encima? Cynthia no se lo cree.
-¿Por qué estás sonriendo? -pregunta ella por fin, curiosa- Creía que te enfadarías por mi descuido -continúa agachando la cabeza-, qué nos dejarías.
-¿Estás  loca? -responde Harry, sentando al lado de su novia y cogiéndole de las manos-. Estaría loco para hacer eso. Además, ese niño o niña nuestro, Dios quiera que sea niña -dice en un susurro-, es fruto del amor. Jamás negaría de él o de ti. Te amo, con todas las consecuencias que traen estas palabras. -besa las manos de Cynthia.- De verdad lo hago.
Ella no puede hacer otra cosa que llorar, llorar y besar a su novio. Se toca otra vez la tripita donde está empezando a crecer ese niño al que ambos están empezando a querer, y mucho.
Se alejan de la cafetería dejando una buena propina, cogidos de la mano encaminados hacia el coche donde un largo y duro encuentro les espera.
¿Querrá casarse conmigo? Se pregunta Cynthia, ¿Afrontaría al Management, a sus locas fans por casarse conmigo y dar una bonita familia a nuestro hijo? Las dudas la carcomen la cabeza. ¿Lo haría?
-Lo haría -dice Harry, respondiendo a las preguntas de Cynthia, que, sin que ella se de cuenta, ha formulado en voz alta-, de verdad que sí.
Ella gira su cabeza para mirarle de frente, alzando un poco su cabeza para ver mejor a su novio que es más alto que ella. Se sonríen dulcemente, haciendo que Cynthia crea fielmente en las palabras de su novio. ¡LO HARÍA! Grita para sí, asegurándose ahora que no lo ha gritado en alto. ¡Se va a casar conmigo sin importarle lo que se avecina!¡POR MÍ! Está más que contenta, exhausta. Le encanta la idea, porque él es el amor de su vida, y de eso está segura. Y aunque el no fue famoso, le amaría igual de mucho porque ella le ama por lo que es él, Harry Styles el humano, no ama solo al Harry Styles famoso mundialmente.

Maggie y Niall están encaminándose hacia el laboratorio donde trabaja el hermano de ella, para averiguar la verdadera sustancia que ha tomado Abie para estar en el estado en el que está.
Cuando llegan se ponen cada uno una bata blanca, una redecilla para el pelo y una mascarilla en la boca, para no contaminar mucho el ambiente del laboratorio, que tiene que estar limpio para que las pruebas tengan el mínimo de errores posibles.
Pasan por un pasillo de color blanco, que tiene puertas a los lados de hierro con carteles que indican para que sirven dichas habitaciones.
El hermano de Maggie, George, les indica por donde deben seguirlo, sin que toquen nada porque es muy peligroso. Entran por una de las puertas en las que su cartel correspondiente pone: 'Diagnóstico de drogas'. La sala es muy grande, pero más ancha que larga. A los lados hay mesas metálicas atornilladas al suelo que es todo de una pieza color crema. En las mesas del lado derecho están los microscopios, los recipientes y sustancias que se están utilizando para las pruebas que se exijan, y hay por lo menos 6 personas trabajando en ello. En las del lado izquierdo hay ordenadores en las que se ponen los resultados; tienen sillas donde también hay unas 3 o 4 personas trabajando. Encima hay unas estanterías llenas de sustancias en envases de cristal transparente, que se necesitan para las pruebas, reacciones o simplemente para experimentar.
Niall se queda boquiabierto observando todo con mucho detalle, ya que nunca había entrado en un lugar parecido. Le duele no poder contarle todo lo que está haciendo y hará por Abie a los chicos, pero le duele más no saber que le pasa realmente a su novia. ¿Cómo los médicos no se han dado cuenta? Se pregunta, ¿alguno de ellos estará metido en este asunto de hacerles daño?
Podría ser...pero... no, es imposible. Se queda pensando, quieto, apoyado en una de las sillas del lado izquierdo con ordenadores. Un chasquido de dedos le saca de sus profundos pensamientos.
-¡Hei! -le grita Maggie chascando y agitando la mano- Estás como ido, ¿te encuentras bien? -Niall asiente- Pues vamos -continúa ella-, tenemos mucho que hacer.
Se encaminan de nuevo hacia el final de la inmensa sala dejando atrás el mundo fascinante del laboratorio secundario para adentrarse en el principal.
-¡Wow!-exclama el chico.
-Alucinante, ¿verdad? -dice George.
-Desde luego, Dean.
-¿Dean? -pregunta Niall, curioso.
-Es mi segundo nombre, es más corto que George, por eso me llaman así.
Un momento de silencio se apodera del lugar cuando los tres entran al, ahora sí, gigantesco laboratorio de 'Diagnóstico de drogas'. En vez de dos filas de mesas hay tres, dos a los lados y una central. Esta vez la central está con los ordenadores, pero sin sillas; la del lado derecho está con aparatos indescriptibles, grandes y llenos de líquidos raros que se pueden ver a través de los vasos de cristal dentro de los aparatos; en la fila de mesas de la izquierda hay muchos recipientes, microscopios, personas trabajando, agendas, bolígrafos, bolsas de drogas y demás. Es mucho más grande, con muchísimas más personas trabajando duramente en él.
Al final entran en una pequeña sala/oficina donde se sientan Maggie y Niall delante del escritorio estando enfrente de Dean, que está detrás. Él empieza a contar todo lo que van a tener que hacer: encontrar la sustancia que le han dado a Abie el día en que empezó todo este embrollo, hacer las pruebas para saber de que sustancia se trata, investigar como le ha causado un coma etílico a Abie, averiguar quién es el culpable o los culpables, denunciarles y olvidarse de que ha ocurrido.
-Yo solo me ocuparé de darte el nombre de la sustancia y de como se ha podido ingerir en jeringuillas, porque estoy casi seguro de que fue una fuerte dosis de alcohol -dice Dean respaldándose en su cómoda silla de piel-, y también de que ella se ha metido mucha cantidad. De lo contrario es imposible que la haya sucedido eso. Aunque claro, alguien está detrás de todo esto, eso está claro, estas cosas no se dan casi nunca, una vez cada un millón de vidas, así que como no soy detective ni nada por el estilo, tenéis suerte de que un amigo mío sí lo sea y esté de acuerdo de ayudaros. ¿Vale? -continúa él- Aquí está su número -saca una tarjetita con un nombre y un número y con un dibujo de un sombrero de copa típico de los detectives antiguos, del cajón del escritorio de madera de roble-. Traedme cuanto antes la sustancia, por Dios.
Niall y Maggie agradecen todo lo que Dean está haciendo. Han acordado un número de dinero que costará la prueba, los exámenes para estar seguros de que droga es.
Llegan a las afueras del edificio más deprisa de lo que han entrado dentro, o eso le parece a Niall.

Ilenia y Jennifer van andando entre la espesa niebla típica de Londres hacia el hospital donde está 'alojada' Abie. Las dos van en chándal y zapatillas, porque han salido las dos juntas a hacer deporte. Están hablando sobre sus años de estudiantes cuando una llamada telefónica en el móvil de Ilenia las interrumpe.
-¿Sí? -responde ella- No, estoy fuera, con una amiga. ¿Ahora? No puedo -vuelve a decir después de unos segundos-. ¡Venga ya! Seguro no me necesitáis a mí -a cada frase para unos 20 segundos. Seguramente porque la otra persona estará hablando, se dice Jenn-. Pues no voy a ir.¡Es mi única amiga y no la voy a perder por esta estupidez de la que ya no quiero formar parte! Oh, desde luego que sé que no lo puedo dejar ahora. Pero si pudiera lo haría. ¡Hemos hecho demasiado daño casi sin arreglo! ¿Qué más queréis? ¡Están sufriendo todos mucho! No sabéis cuánto... ¡Que vale! Pero no voy a ir. ¡Adiós!
Cuelga de forma abrupta.
-¿Problemas? -pregunta algo indiscreta Jenni.
-Pf, nada importante -pero Ilenia rompe a llorar.
-¿Nada importante?¿Enserio?
Ilenia no responde, continuando su caminata hacia el hospital. 
Cuando llegan, preguntan en recepción por la habitación de Abie Donovan. La enfermera las indica la tercera habitación a la izquierda en el pasillo central del 4º piso. Se dirigen hacia el lugar, sin encontrar a nadie conocido.
Entran a la habitación y no hay nadie dentro excepto Abie, tendida en la cama blanca, y ella toda pálida.
Las dos se sientan en los sillones de la habitación e Ilenia empieza a llorar otra vez.
-¿Me vas a decir que te pasa? -Y Jennifer se percata de algo, ha aceptado venir a ver a Abie, sin 'saber' quien es- ¿Y quién es ella?
-Pues una antigua compañera de clase, éramos amigas antes. -sorbe de la nariz un par de veces antes de empezar a hablar-. Sabes... -llora más fuerte-, yo soy la culpable...¡La culpable de todo lo que les pasa a mis antiguas amigas! Me encapriché con un chico y una amiga me lo quitó, intencionadamente claro, pero lo hizo. Me enfadé mucho, y me volví loca... y luego descubrí a un grupo de personas que las quieren perjudicar a todas ellas: a Cynthia, a Aly, a Abie que es esta, y a sus novios correspondientes.
-Pe...pero, ¿por qué?
-¡No lo sé! No me lo quieren decir. Pero me necesitan. Al principio acepté, pero ahora... me arrepiento, ¡de verdad que lo hago!
Jenn abraza a su 'amiga', y le dice que todo irá bien, que le cuente todo para desahogarse. Pero antes de que Ilenia empiece a hablar, Jenni finge que responde un mensaje en el móvil, encendiendo en realidad la aplicación de grabadora en el móvil para grabar todo lo que Ilenia le vaya a contar, por si resulta útil, que seguro sí.


domingo, 17 de febrero de 2013

CAPÍTULO 9

-Deberías saber que aún te quiero...-un suspiro largo, lleno de emociones inunda la sala. en busca de una respuesta que nunca llega- que te necesito, conmigo -otro suspiro- y aunque estés en físicamente, con tu cuerpo aquí presente, necesito que me hables, que me respondas con tus frases sarcásticas y que tus risotadas resuenen en mis oídos como melodías llenas de fulgor.
Niall se levanta del sillón que está al lado de la cama de su novia y la suelta de la mano que ha estado besando y llenando de lágrimas, para asomarse en la ventana abierta, poner las manos en el borde.
-Oh Abie, -se da la vuelta bruscamente- por favor.
Nada.
Entonces, cansado de la respuesta del silencio, se va de la habitación del hospital girándose una vez más para observar a una Abie pálida, con el pelo despeinado y oscuro, tumbada entre sábanas color inerte. Y se acuerda de cuando la conoció en su restaurante favorito, buscando asiento. De cuando corrió hacia el autobús para no perderle. De las veces que la ha visto corriendo por la calle, haciendo el tonto y riéndose a más no poder. Llenando su corazón de alegría y darle un nombre a la princesa que durante un largo tiempo estuvo buscando.
Pide un taxi, porque no está en condiciones de conducir, no tan cansado, con la cabeza llena de recuerdos de su Abie en coma etílica... Etílica... 
¡Eso es! 
Saca el móvil del bolsillo de sus vaqueros oscuros, se mete en la aplicación de Twitter y escribe una pregunta simple pero llena de duda hacia sus fans que segura le van a responder enseguida: 'El coma etílico solo se da cuando hay una sobredosis extrema de alcohol, ¿verdad?'
A los pocos segundos ya hay miles de respuesta tipo 'Verdad' o 'SIIIIII. NIAAAAALL SÍGUEME PORFAVOOOOOR x49'.
Es lo único que necesito saber, de momento. Se dice a sí mismo.
Llega al portal de su edificio. Sube las escaleras subiendo, porque el ascensor tarda mucho en llegar. Se sienta en el sofá con del portátil en las piernas y  empieza a buscar información sobre las drogas, el alcohol, y sus consecuencias.
No encuentra nada que le ayude.
Llama a su primo Mark que es médico, pidiéndole por favor información sobre el alcohol y las drogas.
Después de dos horas, se cansa y se pone a dormir un rato,, ya que lleva como dos días sin hacerlo, y está muy cansado, con unas grandes ojeras azules que destacan mucho.
Son aproximadamente las cuatro de la tarde, y una llamada en el teléfono móvil de Niall hace que éste se despierte.
-¿Diga? -responde Niall.
-¿Niall? -la desesperación en la voz de la chica se nota enseguida- ¿Va todo bien?
-Con ese 'bien', ¿a qué te refieres exactamente?
-Pues si todo va bien, Abie, tú... todo.
-A ver, ¿por dónde empiezo?
-¡Pues por el principio! -ya se está desesperando- ¿¡Qué le pasa a Abie!? ¡Responde!
-¿Tú quién eres?

-Aj -suspira-. Soy Maggie. Margarett. La chica de Estados Unidos. Nos conocimos cuando viniste a por Abie aquí.
-Ah, ya me acuerdo, sí.
El rubio se tumba en la cama y, mirando al techo blanco, empieza a contarle a la amiga de su novio, por lo que directamente también es amigo suyo, todo lo ocurrido; desde que volvieron, pasando por su reconciliación, un desagradable encuentro con las fans con que no la aceptan como su novio y demás, el comienzo de las voces que la atormentan, las drogas, y finalmente su coma etílico. También le cuenta su duda de por qué Abie tiene un coma etílico que sólo se da con la sobredosis de alcohol, si ella lo que ha tomado son drogas de otro tipo, no alcohol.
-Duda existencial.
-Si Maggie, duda existencial -responde él-, que hay que resolver.
-Y lo vamos a hacer -contesta a su vez ella-, de momento tú no hagas nada, ¿está claro? -calla unos segundos esperando una respuesta, pero no ha habido ninguna objeción por parte de Niall- Estoy buscando vuelos hacia Inglaterra para esta misma noche.
-Aquí ya son las nueve de la noche.
-Ya, pero aquí no. Así que supongo estaré allí cuando sea media tarde en Inglaterra. 
-Bien, dame un toque y voy a buscarte.
-Gracias.
-¿Entonces no hago nada?
-Nada. Tú esperas a que yo llegué, y juntos empezaremos la investigación. -los dos asienten, sabiendo que ninguno sabe  que lo ha hecho el otro, guardando un pequeño silencio. - Tengo una sorpresa para ti, que nos ayudará mucho en la investigación.
-¿Cuál es?
-¿Tú sabes el significado de sorpresa? -pregunta- Ya sé que vas a hacer mientras vengo, te compras un diccionario, lo miras, lo trabajas, y así no les cuentas a los demás chicos lo que ocurre, ¿vale?
-¿Por qué no se lo voy a decir a los chicos? Son mis mejores amigos. -responde Niall ignorando el comentario de Maggie-.
-No tiene caso preocuparles, ¿o quieres apartarlos a ellos también de las obligaciones de la fama durante unos días como vas a hacer tú?¿Eh?
-Está bien. No les diré nada, pero por favor, nos dedicaremos a Abie y su problema todo el tiempo, para acabar cuanto antes y que de una vez la vuelva a oír reír, porque me estoy desesperando.
-Tranquilo tío, lo conseguiremos, lo averiguaremos, la salvaremos y la oiremos reír juntos. -Ambos sonríen.- ¡Todo sea por nuestra Abie!
-¡Todo sea por nuestra Abie!
Y así como planearon los rescatadores con la famosa e inactiva Abie Donovan.
Cuando se ven se dan dos besos, se abrazan. Van en el coche de él y empiezan a planear cada detalle de su investigación. Maggie le cuenta la sorpresa: el hermano de ella trabaja en el laboratorio científico más importante de Inglaterra. Por lo que les facilitará mucho económicamente todo, más la mejor mano de obra del país, por lo que todo será más productivo, estarán seguros al 99% de todos los resultados que obtendrán, y obteniendo pruebas por si tuvieran que denunciar algo o a alguien
-Bueno Maggie, a ti te dejo en mi casa, puedes ir a visitar a tu hermano para eso que me has dicho, porque yo tengo que ir a hacer una entrevista con los chicos, ya sabes.
-Guay. Yo voy y le cuento nuestros planes. No tardes mucho por favor.

Cynthia, preocupada, corre por toda la casa poniendo todo patas arriba, buscando su móvil, para llamar a Harry urgentemente y por algo que no le puede contar por vía telefónica. Y para eso el chico tiene que dejar la entrevista en la revista 'Ten'.
Se encuentran en un bar cerca de la casa que tiene ambos juntos.
En cuanto se ven se besan, se abrazan, y se sientan en una mesa dentro del local pidiendo un vaso de agua cada uno.
-Qué es tan urgente cielo?-pregunta el ricitos de Harry Styles.
-Bueno, cariño...-Cynthia no se atreve a continuar, sabiendo la reacción no muy buena que se diga de su pareja.- Es que... pf. Es difícil, entiende.
-Haber, explícate. Sea lo que sea, lo afrentaremos juntos, no te preocupes.
-Está bien...-suspira.
-Dilo todo de golpe. Rápido y brusco. Si vas lento menos te vas a atrever.
-Vale. -cierra los ojos, se toca suavemente la tripa con una mano, aunque Harry no puede ver el gesto-. Estoy embarazada.

martes, 15 de enero de 2013

CAPÍTULO 8

La mira cono ojos incrédulos, con cariño y algo de curiosidad.
-¿Qué?-pregunta ella soltando un risita de niña pequeña- Ni que tuviera monos en la cara...
Él ríe, de la única forma que puede cuando está junto a ella. No sé, es como si solo con ella tuviera esa sensación de estar en casa pero en realidad estar en el sitio que menos conoce del mundo, solo si está junto a ella: ella es el hogar. Ese cariño que desprende Ayleen son exactamente como Zayn se imagina los filos de colores que ella ve. Es tan... dulce, cariñosa, tierna. No hay palabras para describirla, piensa, mientras niega con la cabeza y acaricia su mejilla suave, respondiendo:
-No, si tú estás siempre preciosa.
Y ella suelta otra risita infantil. No se imaginaría la vida sin ella ahora. Es que ya ni siquiera se acuerda de si ha sentido esa seguridad y protección con una persona antes de conocerla, cree que no. Pero... ¿y si ella deja de quererle alguna vez?¿Y si ya se ha cansado de él y no tiene valor para decírselo y cortar con él? Son unos ejemplos de preguntas que le rondan por la cabeza. Pero se dice a sí mismo que no es correcto pensar así, porque ella podría pensar lo mismo y no estaría en absoluto en lo cierto.
-Oye, filonina-la cara de Aly la delata, odia que la llamen 'filonina' por el simple hecho de ver filos de colores que otros no pueden. La hace especial, es cierto, pero ese mote no la agrada en absoluto, y le saca la lengua antes de continuar-, hace mucho que no tenemos una cita en condiciones, ¿qué te parece si salimos, damos una vuelta y... comemos algo?
-Debería decir que no, o-di-o que me llames 'filonina-dice, intentando imitar la voz de su novio que la coge por detrás por la cintura, haciendo que se sonroje-, pero he de decir que me es ¡muy! difícil estar enfadada contigo.-Se da la vuelta siguiendo aún en el corro que hace los brazos de Zayn alrededor de ella-¿Qué es?
-¿El qué?-pregunta inseguro, agachando la cabeza para mirar a los ojos a su novia, que es bastante más bajita que él.
-Pues... el por qué de que no me pueda enfadar contigo,-baja la voz, casi susurrando- es extraño... nunca me había sucedido. Bueno...-está apunto de soltar varias lágrimas que se han acumulado mientras decía la última palabra.
-¿Qué pasa?-se está preocupando lo suficiente como para darse cuenta de porque está llorando: 'excepto Abie', tendría que haber dicho Aly. Solo con ella no se puede enfadar, porque las discusiones con una mejor amiga no son peleas, sino discusiones con dialectos, hablados y sin enfados, llegando a un acuerdo del que ninguna de las dos está satisfecha pero aún así ceden para seguir riendo y siendo felices como las buenas 'hermanas' que son.-No, no hace falta que respondas, es una pregunta... mm... estúpida, sí, creo que es eso.
La risa que suelta Aly ya no es de una niña tonta, sino de una mujer preocupada que finge reír para no hacer sentir mal a su compañero.
-Vale.-responde al fin, secándose las lágrimas y sentándose en la silla de la cafetería del hospital.
-¿Vale, qué?
-Pues que vale, tengamos nuestra séptima cita por fin.-esboza una grandiosa sonrisa, obviamente no fingida.-Quiero tenerla, quiero que seamos realmente felices juntos por séptima vez tú y yo, y absolutamente nadie más. ¿Vale? Nadie. No complicaciones, no problemas, no más asuntos que atender durante nuestra desconexión del mundo aparte de ti de mí, ¿queda claro? Ni siquiera una llamada urgente del manager con que el vecino del sobrino del nieto de la mejor amiga de la hija de Kevin la paloma ladradora se ha roto una uña, ¿okay?
-Okay.-dice, sin poder evitar reírse, por la ironía de su novia. ¡Por dios!¿Cómo puede ésta chica no serle ni siquiera por un mínimo instante molesta para él? Increíble, piensa. Y perfecta. Gracias, Amy, por dejar por lo menos a esta chica junto a él.-¿Y sabes qué más me gustaría?
-¿El qué?-aparta la mirada de la preciosa puesta de sol que apenas se ve a través de las nubes de tormenta, para mirar hacia él.
-Presentarme ante tu madre.
-Pero... eso no es posible.
-Oh, sí que lo es.
-¿Có...?-no le da tiempo a responder, porque él ya está tirando de su brazo y corriendo hacía la salida del hospital y sentándose en el asiento trasero susurrando algo en el oído del conductor antes de que Aly le alcanzara, ya que le había perdido antes, por atarse los cordones de las zapatillas de su madre. Zayn tira de ella hacia dentro con cuidado, tumbándola en todo el asiento. Y él se pone encima, besando suavemente su oreja, mientras ella ríe desconsoladamente y siente su corazón en la boca.
-¿A dónde va...?-ahora tampoco puede acabar la frase porque ya estaba Zayn besándola. El conductor, observando todo a través del espejo retrovisor, negando y diciendo un adolescentes típico de todos los adultos en ocasiones similares.
De repente, Zayn ya no se aguanta a sí mismo y cae con todo su peso encima de Aly. Ella, que está distraída no se da cuenta al instante, pero mientras los segundos transcurren, su respiración cesa. Ya no aguanta. 
-¡Zayn!-el grito ahogado de su nombre paraliza al conductor-¡Zayn por dios responde!
-¿Qué pasa?
-Nada.-responde Zayn levantándose y riéndose como un poseso por el salto que ha pegado Aly levantando a su novio de encima y bajando la camiseta subida hasta la cintura.
-¿Por qué has hecho eso?
-¿Qué te pensabas?-le pregunta al oído-¿Qué lo haríamos en un taxi?-ríe- Aly... lo siento si te ha molestado.
-No es nada. ¡Y no me pensaba eso, por dios! Pero...-se gira y mira por la ventana- ¿Dónde estamos?¿¡El cementerio!?¿¡Zayn!?
-Oh, eso... Sí. Quiero presentarme ante tu madre, pero bien. Aunque nunca sabré si le agrado lo suficiente para que me deje estar contigo, tomaré su silencio como un sí. Pero eh, que conste que ella en cualquier momento puede decir a Dios que lance un rayo sobre mí y me mate para que no esté junto a ti. Porque nada ni nadie me lo impedirá, ¿me oyes claro o no te has lavado bien los oídos anoche? Porque esto de declararme no es lo mío, y solo lo hago cuando de verdad me importa.-carraspea un poco la voz antes de hablar-: Ayleen, te amo, nunca he amado a nadie como te amo a ti, desde que te vi en esa habitación de urgencias tan borde conmigo sabía que eras especial. No sé si tú estás conmigo porque soy guapo, lo que podrás comprobar, rico y famoso; pero lo mío no es solo por el físico, que si lo tienes eh nena, sino por la personalidad: estar fuerte en los momentos difíciles -continúa-, la paciencia que tienes con los que te rodean, esa capacidad de ocultar tus sentimientos para no preocupar a los demás, y sobretodo y ante todo, tienes ese don de enloquecerme con tus risas, mi filonina.
-Oh, Zayn, yo...-se queda sin palabras, así que no tiene otra opción más que besarle, y es lo que hace.- ¿Sabes? Yo también te amo, y si mi madre no te acepta... ¡Qué demonios!¡Está muerta! Lo he superado, no es que no me afecte, ¿pero qué puede hacerme? Soy adulta, huérfana de los dos padres, ahora tomo yo mis decisiones y...-se acuerda de algo- ¡Dayana! Uf, tengo que llamarla, la he dejado en casa muy preocupada con todo esto de Abie, la pobre está pasando por un mal momento ahora mismo, ¿sabes? Sus problemas no eran como los míos de '¡Mamá, me ha salido un grano enorme en toda la nariz!' Sino que al igual que a mi, sus padres han muerto y ahora vive conmigo y yo no estoy muy pendiente de ella y... es muy independiente para su edad. No es fácil.
-Pues llámala, dile que se quede en casa de una amiga o, es más, que haga una fiesta de pijamas, que lo pase genial, que se olvide de todo.
Salen del taxi y se dirigen hacia la lápida de la madre de Aly: Amy Frederick. 1970-2012. «Siempre en nuestro corazón»
Se arrodillan al lado de la lápida llena de flores que Aly y Abie compran todas las semanas para no dejarlas abandonadas.
-Hola mamá- saluda la rubia.
-Hola, señora...¿suegra?-Aly le da un codazo.-¡Ay!-finge que le duele.
Zayn empieza a presentarse como lo haría si ella aún viviera, contándole todo lo que Aly y él pasaron juntos, y lo que les queda por pasar. Como es él, y como la trata a ella. Lo que ama de su hija y porque nunca la abandonaría o cambiaría por otra, porque para él, ella es lo más importante y lo que siempre ha buscado en una chica.
Aly empieza a sollozar junto el griterío de un gran número de personas se oye, el suelo tiembla por las zancadas que dan y su velocidad.
-Oh no, fans.-Zayn pone los ojos en blanco, nunca se imaginó que vendrían a un lugar así, ya es bastante pesado.-¡Corre Ayleen, corre!

miércoles, 2 de enero de 2013

CAPITULO 7

Sentado al borde de la cama blanca situada en el centro de de una habitación medio blanca medio gris, con cortinas azules claro calmante, que tenía también dos puertas marrones roble abrillantado: una para el baño pequeño verde desinfectado, con un olor suave a vainilla; y otro para la salida y entrada de los pacientes, médicos y acompañantes. Niall coge la mano de su bella durmiente oyendo como el doctor cierra la puerta de un suave portazo.
-Estoy aquí, princesa mía- la voz le tiritaba y las ganas de llorar le ahogaban las palabras desde la garganta.- Tranquila.
Pero no hay ninguna respuesta a lo que ha dicho. Se tumba ligeramente junto a ella en la estrecha cama y la arropa mejor con la fina sábana que le preparan, sabiendo que hay mantas en el pequeño armario situado al lado de la ventana abierta y que puede utilizar siempre que quiera.
Se acuerda de que ha dejado a sus compañeros en medio de un concierto, el primero en dos meses. Y también se acuerda de la situación con todas sus fans brillantes: ahora casi todos tienen novia y las posibilidades de que salgan ellas -las fans- se va desvaneciendo día a día. Ellas están tristes, enojadas, e incluso deprimidas por esta situación; pero lo que ellos sienten por sus respectivas novias es más fuerte que cualquier mal comentario que éstas les podrían decir. Se sienten mal, está claro, pero no pueden abandonar a su amor para que las fans no les abandonen ni tampoco dejen la idea de que puedan llegar a ser sus novias. A lo mejor y sí lleguen a salir alguna vez, pero no ahora. Cuando Niall cortó con Abie por los motivos de su madre, apenas llevaban menos de un mes y todas las fans se alegraron porque en cierto modo ellas tenían la esperanza de que no durara; pero cuando él fue tras ella en Estados Unidos las fans se volvieron locas de rabia y de enfado. No podían soportar la idea de que su amor fuera fuerte a pesar de todo; y ellas no tenían la culpa porque es normal al sentir un amor ciego hacia alguien a quién seguramente ni si quiera conozcan. Y tampoco sabían el porqué de su separación repentina cuando se les veía tan felices juntos. Respecto a Zayn y Aly, también les pilló por sorpresa, porque un paparazzi les hizo una foto cuando se besaron por primera vez bajo la lluvia y no pudieron con la rabia de que dos de cinco estaban ocupados. Se resignaron. Luego llegó Cynthia en la vida de Harry. Su ida a España y ese 'secuestro' del que todo el mundo se enteró en unas pocas horas. Ahora viven juntos. Y la novia fugaz de Liam: él nunca tuvo una novia con la que tuvo que cortar él tan rápidamente. Por último llegó Jennifer: tan bella, dulce, pequeña y segura de sí misma chica. Saliendo una vez con Louis, y luego con Liam. Todavía no se sabe con quién está saliendo realmente, por lo que todavía no se la ha aceptado nada. Y el plan contra Ilenia puede llegar a funcionar, o incluso empeorar todo.
-Cariño-suena suave, como si la intentara acariciar con la palabras-, ¿me oyes?-la miraba incrédulo- No sé, me dijeron que... bueno, ¿acaso importa? Igualmente te estoy hablando. Pero...-suelta su mano y se levanta, como si algo va mal- ¿por qué lo haces?¿Qué hay de infeliz en ti?¿Tu padre?¿Es eso?¿El volver a verle? Bueno... no sé... es que...¿y las voces?
Se sienta en un sillón viejo y de un verde oscuro sucio vecino de la cama y del suero que cuelga de la pared. Cierra los ojos y recuerda la primera que se vieron en Nando's, compartiendo mesa; cuando se coló en su habitación y se besaron quedando los dos como completos payasos haciendo una función, seguido de la caída desde un tercer piso, haciendo así que quedara durante mes y medio casi inmovilizado; la muerte de la madre de Abie y la culpabilidad que recayó sobre él; su repentina despedida y reencuentro en Estados Unidos, donde ella ya había sacado su primer single; su regreso juntos y enamorados; el comienzo de las voces y sobretodo las drogas, que la han llevado a donde está en la actualidad: tumbada, soñando con dios  sabe qué y sin hacer ni un ligero movimiento, ni si quiera en los párpados, que podrían reaccionar a un estímulo causado por el profundo sueño en el que está ensimismada sin probablemente oír nada ni sentir nada.

-Puede que sea una locura -continua Ilenia-, pero me has inspirado confianza, por eso he aceptado venir aquí contigo.
Soy mejor actriz de lo que pensaba, se dice Jenn, podría llegar a participar en películas y todo.
-Pero aún así no estás del todo segura de que hayas hecho lo correcto -dice Jennifer-, ¿no es verdad?
-Es verdad. -asiente Ilenia mientras agacha la cabeza y mira sus manoletinas grises con una flor enganchada a través de la mesa de cristal transparente de la terraza de una cafetería cercana al lugar en el que han chocado.-Pero me has caído bien.
-¿Enserio? Tú a mi también. Y menudo encuentro hemos tenido, ¿eh?
-Ya ves. Espero que lleguemos a ser amigas,-prosigue ella- y cuando eso suceda te diré: mira, menuda forma de llegar a tener una amiga.
-¿Es que no tienes amigas o cómo?
-No...-el rubor llega a las mejillas de ésta- Tuve, éramos como hermanas. Pero había un chico... un grupo más bien, y me separó de ellas.
-¿Qué pasó?
Ilenia duda entre si decirle a una casi desconocida lo ocurrido o callárselo para ella para siempre. Decide contárselo. ¿Qué mal podría hacerme?, se dijo. Pero claro, ella no tenía ni idea de quién era Sandra -sobrenombre que Jenni se ha inventado para no levantar sospechas- y tampoco se lo podría imaginar.
-Bueno... mira, es un grupo de cantantes bastantes famosos. Creo que los conoces .One Direction, ¿sabes?- Sandra asiente- Pues una noche en la que mis amigas Abie, Aly, Cynthia, y yo estábamos en casa de Abie haciendo una fiesta de pijamas. La maquillamos ala anfitriona de una manera horrible; pero con lo bella que es ella con ese pelo moreno y ojos color miel, todo la queda fantásticamente. Con la sombra de ojos amarillo y los labios completamente azules, le dibujamos también pecas naranjas. Entonces de repente la puerta de la terraza de Abie suena, alguien llamó. Nos echó fuera, pero claro está que espiamos tras la puerta. Era Niall, el rubiales del grupo,el que se supone que es dulce y a la vez patético.
-¡No es patético!-chilló Sandra que había estado escuchando todo con una paciencia absoluta.
-¿Qué?¿Acaso les conoces?
-Ehm...-duda- No,pero soy muy fan. Directioner, para ser exactos.
-Ah.-la voz de Ilenia suena triste-. No debería estar contando todo esto a una desconocida. Lo siento.-se levanta de la silla dejando su café con leche medio bebido en la mesa de cristal.
-¡No te vayas! Sigue contándome.-pero Ilenia ya se estaba yendo.
Jenn corrió hasta alcanzarla. La dio la vuelta y le pidió el número de teléfono.
-Por si quedamos otro día, ¿no?
Una mueca, que tendría que ser una sonrisa se dibuja en la cara de la 'sin amigos'. Pero la chica 'actriz' ha captado la sonrisa y se la devuelve radiante y sorprendente.
Jennifer, la ahora Sandra a ojos de Ilenia, no se dio media vuelta para irse sin antes abrazar a Ilenia y decirle en susurro en el oído que podía confiar en ella y llamarla siempre que quisiera.
Encaminada para coger el autobús hacia la casa de Cynthia y Harry para contarle todo, oye su móvil y responde a Liam.
-Holaaa-dice ella.
-Hola Jenni.-la voz de él sonaba resquebrajada y preocupada-¿Sabes dónde puede estar Niall?
-¿Niall?
-Sí.
-Pues no, la verdad. No le he visto desde la reunión. No solemos hablar mucho, ya sabes, con esto de Abie...
-¿Qué pasa con Abie?
-¿No sabes? Me llamó la policía cuando ocurrió; por lo visto habían visto que era la llamada más reciente. La llamé para que me cuente cosas sobre Ilenia, como eran tan amigas y eso...
-Si si.¿Qué le ha pasado?¿Es grave?
-Bastante, está en el hospital. No he tenido tiempo de visitarla, pero ahora que me lo recuerdas iré a verla. Un coma etílico no se pasa por alto así como así, ¿sabes?
-¿¡Coma etílico!?-la voz de Liam se ha roto en pedazos ahora, Jennifer puede sentirlo.-No puede ser. ¿En qué hospital?-Ahora está alterado, completamente, se dijo Jenn.
-En el central. ¿Nos vemos allí, entonces?
-Si, gracias.
Y cuelga.

-Hospital central. Coche. Ahora.
-¿Cómo?
-¡Que corras!
Harry, Zayn y Louis estaban sentados en el sofá del escenario comiendo lo que podría ser perfectamente un bocadillo podrido. Pero Liam solo le habló a Harry porque era el que había traído a los chicos con su coche al concierto desalojado por la fuga del rubio y prometiendo a las fans que habría otro concierto pronto en compensación.
Cuando llegan, lo primero que ven en la zona de internados con tratamiento fuerte es a Aly intentando calmar a Cynthia, Harry nada más verlas corre hacia ellas y pregunta lo sucedido. Aly le aleja un momento y se lo comenta a toda prisa; le ha advertido de que no la molestara con el asunto y la  distrajera para que no piense mucho en el tema. Él asiente y se lleva a su novia a la cafetería del hospital para que dieran una vuelta juntos de la mano mientras ella apoyaba su cabeza llorosa en el hombro de él. 
Aly entra en la habitación de su mejor amiga seguida de los otros tres chicos. Niall nada más verlos se queda perplejo y se levanta para saludarlos. Sin saber cómo llega a los brazos de Zayn que le abraza tranquilizando a su amigo que llora desconsoladamente por todo: su novia en coma, concierto a medias, no había hablado a su madre hace semanas...
-Yo tengo la culpa...-dice Niall, casi susurrando.-Todo es culpa mía.-ahora ha sonado brusco.
-No. No, no la tienes peque.-intenta consolar a su compañero de abrazo.
-¡Mirad!-chilla la rubia.-¡Abie!-corre a arrodillarse al lado de la cama, tocando con los pies el sillón feo.
Se quedan todo perplejos, mientras Louis llama a un médico rápidamente. 
Los ojos de Abie se habían abierto como platos, viéndose así el iris color oro. Se han aclarado más, pensó Aly, y eso solo pasa cuando está asustada, realmente asustada.
Cuando la doctora llega dando saltos veloces con sus piernas rechonchas intenta cerrar los ojos de la muchacha y tranquilizar el pulso de la chica que se ha acelerado como un coche en una carrera de vida o muerte. El corazón le palpita fuertemente haciendo que todo su tronco ascienda y descienda a una velocidad muy rápida. Todos están asustados, sin saber que hacer. La doctora chilla algo mientras cambia la bolsa de suero por otra que, por lo que Aly llega a leer, es un tranquilizante a efecto inmediato. Pero no sirve de nada. Es Liam que sale apresuradamente en busca de ayudantes. Y lo hace a respuesta de lo que la doctora había gritado hace nada, piensa Aly.
Cuando llegan un hombre alto, esbelto y con los cabellos dorados cayendo en rizos sobre los ojos verdes claro de éste, hace presión sobre los ojos de Abie bajando los párpados, pero parece misión imposible. ¿Por qué no se cierran? Se preguntan todos en sus cabezas. Ahora los cierra con mucho esfuerzo, pero en cuanto suelta los párpados, éstos se vuelven a abrir inmediatamente haciendo que su pulso se acelere más y más; como si el cerrar los ojos hiciera que se asustara más.
-Esto no es bueno-masculló la doctora entre dientes, poniendo otra bolsa de tranquilizante inmediato.- Nada bueno.